La muerte del joven Christopher Jacome, de 17 años, apuñalado mientras jugaba al fútbol en la calle, fue una tragedia que los medios colombianos siguieron con especial atención. Pero a veces la pasión nos lleva por caminos inesperados, y todo dio un giro surrealista cuando un nutrido grupo de hinchas del Cúcuta Deportivo, el equipo favorito de Christopher, no dudaron en coger el ataúd del chico tras su funeral y llevárselo al estadio General Santander, empujando las puertas de entrada e ignorando a los miembros de seguridad del recinto, para que el joven, o al menos su cadáver inerte, viera su último partido.
Cúcuta, por cierto, empató 1 – 1, y hay quien dice que el gol del empate lo marcó el rival nada más al aparecer el féretro en el estadio.
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